Las letras y su escritura

Voy a los libros a leer igual que tu vienes y lees

y no entendí
como quizás no entiendes

cómo yo significo lo que escribo,
yo leí,

tú has mirado y con atención has leído
queriendo escudriñar en cada palabra,

queriendo conocer cada una de mis miradas.


Nunca entendí a Joyce,

es más, pronto no quise

pues uno no vive en el cerebro de un muerto

ni conoce los porqué del escritor que vive.
Lo que sí sé hoy

como ya lo escribí dos veces si no ciento

es que me importa lo que siento.


Lee y siente

todas esas palabras de letras apisonadas

y vive con todos los sentidos el poema escrito,

construye tu mundo

galopando el horizonte del renglón como tuyo,

disfrutarás como un niño que sonríe

construyendo un universo en un muñeco de nieve.


Nunca sabré lo que el niño vive

pero disfrutaré placeres mil mientras sonríe

y cuando mire el rostro blanco y azanahoriado

yo imaginaré a un niño feliz,

tú quizás al padre enguantado

levantando castillos de ilusión para sus niñas

engolosinadas de sonrisas.


Lee y entiende

solo lo que tú quieras y disfrutes,
lee y llena los pulmones de aire frío y caliente

y una neurona inúndala de luces,

el relámpago escalofriado batirá el orbe de tu cuerpo

salpicando chiribitas latiendo en el corazón

y, quizás, una galaxia se encienda en el cerebro

y te inunde.


Ya lo escribí, se trata de que te guste

y lo camines envalentonado y con pasión

aunque sea sin entenderme.


Yo tampoco te entiendo

mientras cada palabra aquí escrita para ti la siento.




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